Los
mortales lo llaman el infierno, Lucifer lo llama La Ciudad.
Es una tierra de buenos y
malos, y Lu es el alcalde. Él no pidió ese trabajo, pero alguien con autoridad
debe mantener el orden, y después haber violado la
Ley de los Arcángeles, Lu
sabe que tiene que pagar el precio.
A pesar de su
crimen puede haberle costado su lugar en la casa celestial, cuando los problemas
se suscitan en la Ciudad, sus hermanos le envían refuerzos a Lu bajo la
forma de un apuesto guardaespaldas llamado Domingo
Ramos.
Lu se propone
seducir a ese hombre guapísimo utilizando todas las armas de su arsenal. Cuando
una noche de pasión desenfrenada culmina en un acoplamiento público, los
sentimientos de Lu respecto al sexo promiscuo cambian para
siempre.
¿Quién dice que no hay ángeles en el
Infierno?
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