Portia da Costa - Una Oportunidad Única
Aquella cinta de
vídeo la escandalizó y la entusiasmó… y la excitó de verdad. La había
encontrado en una sala de estar, pequeña y alejada, de Blaystock Manor, la
mansión donde estaba trabajando. En aquel momento todo el mundo había salido y
tenía la oportunidad de verla de nuevo, con tranquilidad.
Allí, en la
pantalla, estaba su jefe, el marqués con el que había fantaseado tanto, dándole
una azotaina muy sexy a una chica. Y, mientras ella se entregaba al placer, no
se dio cuenta de que él entraba silenciosamente en la habitación y la
observaba.
Sin embargo, la
vergüenza que sintió al percatarse se convirtió rápidamente en excitación,
porque él le pidió que continuara, y después empezó a acariciarla
íntimamente.
Aquello solo era
una pequeña muestra de lo que ella había visto en la cinta, pero sabía que iba
a tener mucho más… ¡mucho más!
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